Sin duda alguna si algún tema ha llenado más páginas en los medios de comunicación escritos y virtuales, ha sido la crisis.
Una pregunta que a diario pretende ser contestada a través del análisis económico de todas las variables, todos los mercados, todas las economías.
Tejido empresarial destruido y enquistado posiblemente para siempre en el final de un modelo productivo que llegó a su máxima expresión y está terminando de agonizar.
Pérdidas de viviendas, de trabajo, de producción, consumo, demanda, competitividad, el conjunto de la sociedad afectado por una bola de nieve que parece hacerse cada día más grande.
Deseosos estamos de ver los “brotes verdes”, de poder hablar de crecimiento, competitividad, logros en I+D, nuevos modelos productivos exitosos, tranquilidad, protección y estabilidad de las familias, correcto funcionamiento de las instituciones y datos en positivo.
Sin embargo parece que esto no va a resultar tan sencillo, la confianza y la credibilidad parecen haberse quedado rezagazas en el camino de esta crisis.
Expertos y economistas que nos avanzan un día tras otro que de brotes verdes nada y que lo peor está por llegar; “tsunamis de morosidad”, “precrisis” “destrucción masiva de tejido empresarial”, conceptos con los que lidiamos y que resultan difíciles de revertir ante el escenario existente.
Europa y EEUU sin duda tendrá nuevos horizontes abiertos en 2010, los mercados bursátiles nos hablan a diario de esta leve mejoría.
Pero España aún está en una senda de destrucción compleja, ya que lo que es bueno para el país y las arcas del estado es completamente nocivo para la sociedad, las familias y las pymes.
La Inflación en España sigue en negativo cercano al -1% – deflación clara- cuando hace un año los datos mostraban un positivo y reluciente 4.6%.
La reactivación del mercado económico español se producirá, pero en el largo plazo y antes de ello tendremos que ser testigos de cómo se van quedando en el camino multitud de familias, PYMEs, bancos y sectores industriales que no tienen cabida en el nuevo ciclo que comienza.
Un duro otoño y un duro invierno le esperan a la economía española que, además de preocuparse por sus problemas internos, tiene que estar atenta a las recomendaciones de Europa e influida por el comportamiento de los mercados del mundo.
Originally posted 2009-07-17 19:04:16.