Las previsiones económicas para la recuperación de esta crisis anuncian tiempos de conflicto, conflicto empresarial, conflicto laboral y conflicto social.
La crisis ha puesto de manifiesto que el sistema está agotado, la economía debe servir para el crecimiento y el desarrollo de las personas y las sociedades y en eso, la sociedad española ha fracasado.
Desarrollo tecnológico que se ha producido en una sociedad que ha dado y, continúa haciéndolo, poder “al poder” dando la espalda a las personas.
Sociedades que han hecho un mal uso de herramientas tan magníficas como la globalización.
La globalización que debiera haber estado enfocada al reparto justo de recursos, conocimientos y oportunidades y que, sin embargo ha sido utilizada para fomentar y expandir la especulación.
Ahora la economía está paralizada, el desempleo se convierte en el eje de un sistema que no sabe producir nada y que está basado en el consumo, el crédito y la deuda pública.
El problema de la crisis actual va mas allá de las cifras económicas, es un problema de una sociedad carente de ética y valores y ninguna sociedad puede funcionar sin estos valores.
No hay economía ni fórmula matemática que arroje resultados positivos sin ética, valores y dignidad.
La recuperación de esta crisis económica no está en los números sino en el establecimiento de medidas que apuesten por la innovación, la producción y la recuperación de la confianza y los valores sobre los que un día se asentaron los cimientos de la sociedad.
La mejora constante de la calidad de vida de las personas es la mejor inversión que una sociedad puede hacer en términos de eficiencia y crecimiento sostenido.
Cuanto mayor sea la calidad de vida de las personas que componen una sociedad, mejores serán los resultados del país y más fuertes los pilares que sostienen ese crecimiento.
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Partiendo de estas premisas tenemos que tener claro que lo que nos queda por ver va a ser muy duro y devastador. No hay reservas de donde tirar para reestablecer las cosas al momento anterior a la crisis. Nada volverá a ser como antes.
La deuda, el consumo y el crédito están agonizantes y es de esperar que, como cultura, terminen por morir sino queremos abocar a nuestras generaciones futuras a la destrucción.
El hundimiento económico provocado por el desempleo, la morosidad y el endeudamiento va a ser muy fuerte en los próximos meses.
Es el momento de pararse, reflexionar y comenzar a eliminar de la sociedad aquellos pilares que están basados en el mantenimiento de poder, para dar paso a una sociedad cuyo objetivo en esta lucha descarnada por la supervivencia tiene que perseguir un único fin: Recuperar la confianza.
Originally posted 2009-06-23 16:36:20.
